El segundo dia en Marrakech, tras volvernos a recoger el minibus a primera hora de la mañana, comienza con la visita guiada a los Jardines de Menara. El nombre de menara deriva de la pequeña pirámide verde (menzeh) del tejado del pabellón que se encuentra en el borde de un gran estanque, rodeado de huertos y campos de olivos. El agua es recogida mediante un sistema de canalización para su transporte desde la cordillera montañosa del Atlas, que se encuentra a 30 Km de distancia.
La visita guiada continúa para conocer las Tumbas Saadíes, cerca de la mezquita de la kasba. El mausoleo comprende los restos de unos sesenta miembros de la Dinastía Saadí, entre los cuales están los de Áhmad al-Mansur y su familia. El edificio está compuesto por tres habitaciones. La más famosa es la de las doce columnas. El sultán saadí al-Mansur importó desde marmol de Carrara a estucos decorativos recubiertos de oro puro. En los jardines se encuentran enterramientos de decenas de consejeros y sus numerosas mujeres.
El recorrido continuó con la visita al Palacio Bahía. En las 8 hectáreas de extensión que tiene el palacio se ubican 150 habitaciones que dan a diversos patios y jardines, de los que solo se puede visitar una parte. La más interesante del Palacio Bahía es el harén de las 4 esposas y las 24 concubinas de Abu Bou Ahmed con una magnífica decoración, sobre todo en los techos. La siguiente visita fue la Madraza (escuela coránica) Alí ben Yussef que data del siglo XIV que fue en su época la mayor del norte de Africa. Tiene un patio andalusí decorado con azulejos, arcos de estuco y ventanas de cedro con celosías y un mihrab de marmol de Carrara. Se pueden visitar algunos de los 132 dormitorios dispuestos alrededor del patio. En su época de esplendor, llego a albergar hasta 900 estudiantes.
Tiempo libre para volver a recorrer la medina, comer en el zoco, realizar compras y pasear por la plaza Yamaa el Fna. Por la noche, nos esperaba una sorpresa de la organización, una cena típica en una jaima muy particular.